En Psicologuiños, como centro de psicología en Tui especializado en el tratamiento de niños y adolescentes, sabemos la importancia que tiene que los más pequeños de la casa sepan identificar y nombrar sus emociones.
Es completamente normal, sobre todo a esas edades, que nos encontremos perdidos, como si navegáramos sin brújula ni mapa. Sentimos un torbellino de sensaciones, pero no siempre sabemos cómo nombrarlas ni comprenderlas. En este sentido, la película "Del revés" y su secuela recientemente estrenada nos brindó una representación magistral de este universo interior y la importancia de conocer nuestras emociones y no esconderlas.
Pero más allá de la pantalla, la clave reside en aprender a nombrar y gestionar nuestras propias emociones, y en enseñar a los más críos a hacer lo mismo.
¿Cómo hablar de emociones en casa?
Lo primero que debemos hacer como progenitores es crear un ambiente familiar abierto y seguro, donde los niños se sientan cómodos para expresar sus emociones sin miedo a ser juzgados. Los padres deben actuar como modelos de conducta, mostrando abiertamente sus propias emociones y hablando de ellas con naturalidad.
Utilizar un lenguaje sencillo y adecuado a la edad del niño es esencial. Podemos apoyarnos en cuentos, juegos y actividades para hacer del aprendizaje algo divertido y significativo. Así mismo, debemos validar las emociones de los niños, pues no se trata de minimizar sus sentimientos ni de darles la razón, sino de acompañarlos en su proceso emocional y ayudarles a encontrar herramientas para afrontarlo de manera saludable.
No hay emociones buenas o malas
Los profesionales que formamos parte de Psicologuiños hacemos hincapié en la importancia de abrazar toda clase de emociones, desde las positivas (alegría, amor, gratitud…), hasta las negativas (ansiedad, tristeza, ira…). Y es que las emociones no son buenas ni malas, todas tienen su función y es importante aprender a vivir en armonía con ellas.
Por poner unos ejemplos, la tristeza nos indica que hemos perdido algo importante y nos permite procesar el duelo. El miedo nos alerta de un peligro potencial, impulsándonos a actuar para protegernos. La ira surge ante una injusticia y puede motivarnos a defender nuestros valores o los de otros.
Negar o reprimir estas emociones solo las intensifica y genera malestar a largo plazo. En cambio, aceptarlas y comprenderlas nos permite aprender de ellas, desarrollar estrategias de afrontamiento y crecer como personas.
Especialistas en psicología infantil en Tui
En definitiva, hablar de emociones en casa, en la escuela y en la sociedad es fundamental para el bienestar de todos. No obstante, a veces ello no es suficiente y se precisa la asistencia de psicólogos.
Si vives en Tui o alrededores y estás buscando un centro de psicología infantil de confianza, has llegado al lugar indicado. Contacta con el equipo de Psicologuiños para más información.